miércoles, 27 de febrero de 2013

Natasha y Rebeca

ESPÍAS  ENTRE NOSOTROS


Natasha era espía, tenía abuelos, padres, primos, tíos, todos eran espías, o efectuaban "trabajos" como espía en diversas ocasiones.

Colegios elitistas, con profesores elitistas, con "profesionales" que les entrenan a diario en técnicas, manuales, medicina, psicología, psiquiatría, filosofía. Sobre todo engaño, apariencia, mentiras.


El comité para la seguridad del estado les había cuidado bien y tenían relación con toda su esfera, el antiguo kgb, la policía secreta, el servicio de inteligencia extranjera o exteriores y el servicio federal de seguridad, interior.

Grandes diferencias con el deficiente servicio de inteligencia español, más que por sus miembros y dedicación, por su uso político y más bien represivo incluso para nuestro propio país.

Natasha estaba muy bien relacionada desde hacía mucho tiempo, conocía reyes, príncipes, jeques, grandes empresarios, propietarios de fondos, nobles, familias de exportadores de armas, clanes narcotraficantes, el mundo no es tan simple como lo creemos las personas, cuando no sabemos que todas estas personas, son controladas para poder controlar el planeta, o así lo decía Natasha "controlando a estas personas, dominas el mundo".

Natasha se encontraba en una de esas interminables fiestas protocolarias diplomáticas, aburrido siempre que no vayas a hacer "algo" allí, se encontraba fumando un Treasurer slims black cuando Rebeca entró en el balcón.

-Hola, ¿me das uno? , claro, le respondí, le ofrecí uno y le dije si quería alguno más para luego...

No, gracias, quería probar a ver si me relajaba. ¿Conoces a Roberto?,
me puse en guardia en ese momento, la verdad, ya estaba extrañada de que me hubiera visto, más que nada porque no había entrado por allí y desde dentro no se me veía y había venido como si me hubiera visto salir, o esa era mi impresión.

¿Nos conocemos?, no, no, soy Rebeca de la oficina del fiscal general. ¿Me he metido en algún lío últimamente?, no, no, verá, el otro día me pareció que estaba usted con Roberto.. De Monaco? le respondí, a veces le veo, forma parte de una asociación benéfica de la que formo parte, soy directiva, pero ¿pasa algo con Alberto de Monaco?.

Estupefacta Rebeca no sabía qué decir, le salía un no, no, repetitivo que me hacía gracia. Rebeca tiró el cigarrillo sin haber dado una "calada" se giró y con una velocidad inusual intentó clavar un cuchillo en mi cuello, grave error por su parte, casi no tuve que hacer esfuerzo, estaba bien entrenada, de un golpe le había quitado el cuchillo de la mano y se lo había clavado en la pierna, le tapé la boca y retorcí su cuchillo en su muslo mientras le decía, te va a quedar "cicatriz niña bonita", ahora dime, ¿quién te manda?, Rebeca dolorida comenzó a relatar que venía sola, esta vez no evite que gritara cuando retorcía de nuevo el cuchillo en su pierna.

Estaba rabiosa, no iba a hablar, con un ligero movimiento, saqué el cuchillo de su pierna y lo puse en su cuello. Mira "niña bonita" ¿quieres que esto acabe aquí?, habla!!!. Rebeca se tranquilizó, le dolía horrores la pierna, estaba perdiendo sangre a borbotones y le habían dado una paliza a su orgullo, iba a hablar cuando un destello me hizo apartarme bruscamente de Rebeca, le acababan de volar la cabeza y a mí me había dado en el brazo, seguía disparando sobre el balcón, era cuestión de tiempo que me diera, cogí a Rebeca y atravesé el cristal del lateral del salón. La seguridad disparó al tirador, pero cuando llegaron donde estaba no había rastros de nada.

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